La Joven de la Perla: ¿Realmente existió?
La Joven de la Perla, La Mona Lisa Holandesa, La Mona Lisa del Norte, La Muchacha del Turbante, o el nombre con el que la conozcas; es una de las pinturas más famosas de la historia del arte, logrando cautivar las miradas de miles, no, millones de personas a lo largo del tiempo. Con su penetrante pero sutil mirada y la perla que cuelga de su lóbulo, esta obra ha pasado a la inmortalidad por la calidad y belleza en su trazo. Un cuadro más misterioso que muchos otros, el cual nos deja la mente llena de preguntas con solo verlo, ¿quién fue la Joven y porqué nos cautiva tanto su retrato?
Pintada por Johannes Vermeer (1632-1675) en Delft, Países Bajos, en el año de 1665. Vermeer era un maestro en el manejo de la luz como ningún otro, sabía perfectamente cómo pintar el silencio y la intimidad. Fue un artista que pintaba para sobrevivir, por lo que nos podríamos imaginar que dejó un gran legado, sin embargo, tiene únicamente alrededor de 33-34 cuadros reconocidos como suyos, pintando en promedio dos al año. Demostrándonos que no se necesita hacer mucho en cuanto a cantidad para hacer historia.
Usando un turbante azul con amarillo y una chamarra café (un atuendo más que raro para esa época en Delft), La Joven de la Perla es la obra más famosa del holandés y podemos observar claramente el porqué. El tratamiento que le da a la cara con el uso de sombras ligeramente verdosas casi imperceptibles, habiendo una gran diferencia entre las pinceladas del rostro y del pañuelo, provocando que la luz bañe el rostro de una manera muy serena como sólo la luz de Delft lo hace, pintado con una maestría impresionante tomando en cuanta que el cuadro es pequeño, midiendo 46.5 x 40 cm.
Vermeer era un artista de misterio, decía muchas cosas en sus obras, pero muchas otras se las callaba. La joven carece de cejas y pestañas, pero aún así nos cuenta todo mediante su expresión facial, especialmente sus labios y el ángulo de su rostro, es como si nos hablara pero al mismo tiempo no nos dijera nada. Al contar con un fondo negro, es más fácil percibir las luces en el retrato. Pintada al óleo, La Joven de la Perla es el mejor ejemplo existente de la técnica barroca del claroscuro.
Se trata de un Tronie, un género pictórico de la Edad de Oro holandesa, que significa "cara", "rostro" o "expresión" y que consiste en la representación de un personaje, ya fuera real o imaginario, que no tenía la intención de ser un retrato identificable, sino más bien se creaban con el objetivo de demostrar qué tan talentoso era el artista para así poder atraer más clientes.
Sabemos que en esa época el holandés no pasaba por una situación económica demasiado desahogada. En el cuadro hace uso del azul ultramar (en el turbante), el pigmento más caro de la época. Además tenía 11 hijos y varias trabajadoras en casa. Y es de aquí donde surge la teoría de que la muchacha del retrato pudo haber sido una de estas trabajadoras, idea tomada por Tracy Chevalier para escribir una novela inspirada en la pintura; novela que después fue adaptada al cine en 2003, protagonizada por Scarlet Johansson y dirigida por Peter Webber. Todo esto no hizo más que popularizar el cuadro por todo el mundo y generar más teorías en torno a la chica.
Por el tipo de género del retrato sabemos que La Joven de la Perla no se trataba de una cliente puesto que al no ser un encargo, el nombre de la modelo no importaba. Averiguar quién es la modelo se convierte en una misión prácticamente imposible ya que Vermeer no lo dijo. Hay que sumar también a la ecuación el hecho de que los tronies podían ser personajes imaginarios. Es por esto mismo que no sabemos quién era la joven del retrato y ni siquiera se tiene la certeza de que haya existido.
El primer título conocido del cuadro se remonta a 1676, cuando se hizo un inventario de las obras del artista. Allí constaba como Un retrato al estilo turco, por la vestimenta de la chica. Después se llamó Joven con turbante y Cabeza de joven. En 1995, un catálogo exhaustivo lo nombró La Joven de la Perla, y en cierto modo acertó, ya que la perla en forma de lágrima que le hizo acreedora a este nombre no es una perla en realidad, se trata de una bola de plata; la cual encima no es más que un par de trazos blancos y un juego de manchas de color oscuro que nos hacen ver una "perla" ahí. Demostrando nuevamente el talento del holandés y su gran trabajo con la luz.
Existen otras dos jóvenes de la perla, una que sí es de Vermeer, la cual se encuentra en el MoMA (Museum of Modern Art) en Nueva York, y otra que intentaron hacerla pasar como obra suya y que durante mucho tiempo se pensó que efectivamente la había pintado él. La Joven de la Perla que todos conocemos hoy en día se encuentra en el Museo Mauritshuis, La Haya (Países Bajos), junto con otras obras del pintor y sus contemporáneos.
Tanto Vermeer como sus cuadros siguen siendo un misterio para la humanidad ya que se conoce muy poco de ambos, pero si les interesa conocer más sobre La Joven de la Perla y el autor, les dejo un par de enlaces dónde podrán encontrar más información al respecto.
Para saber más:
> Sobre la vida de Vermeer:
> La Joven de la Perla, análisis de la obra:
> La Joven de la Perla, análisis de la obra pt.2:
Comentarios
Publicar un comentario